Ya mostré mis intenciones por sepultar un recuerdo, de tratar olvidar todo lo pasado; que pasa si no puedes hacerlo, no queda de otra más que hacer como que sólo fue un sueño, pues de ésta manera es más fácil “borrar” las cosas malas y decirte que jamás sucedieron, dejar únicamente lo bueno; aún así creo que es mejor dejarlo escondido en lo más recóndito de la mente, para cuando lo vuelvas a topar pueda pasar como el recuerdo de un buen sueño.
Como sea, ahora pasemos a un lugar al que muchos no les agrada a otros sí, razones, hay miles, son interminables; lo cierto es que es en éste lugar donde reposan los cuerpos de la gente, entre un silencio que puede resultar agobiante, en ésta su última morada y donde en unos días, años o incluso meses (nadie sabe el cuánto), estaremos nosotros también, dos “letras negras” un mismo lugar, el cementerio.
Cementerio (El inicio)
Tañe la campana
anunciando el final;
tañe fríamente
cantando el fin del mal.
Corre el duro viento
buscando el lugar;
en que al ser maligno
han de sepultar.
Tañe fuertemente
que el suelo retumbe;
sopla ávidamente
que el mal se derrumbe.
Por fin ha llegado
quien debe de pagar;
el castigo ejecutado
en la tumba reposar.
Desconoce su destino
y la razóón de ser;
no imagina su castigo,
ni su adolecer.
Pagará completamente
todo daño generado;
sufrirá doblemente,
con creces pagado.
Avanzas lentamente
sin tomar precaución;
no sabes lo que espera,
vas a tu perdición.
¡Tú!,
ahora t&uatilde; vas a sufrir;
disfrutaré plácidamente
viendo tu lento morir.
Como sea, ahora pasemos a un lugar al que muchos no les agrada a otros sí, razones, hay miles, son interminables; lo cierto es que es en éste lugar donde reposan los cuerpos de la gente, entre un silencio que puede resultar agobiante, en ésta su última morada y donde en unos días, años o incluso meses (nadie sabe el cuánto), estaremos nosotros también, dos “letras negras” un mismo lugar, el cementerio.
Cementerio (El inicio)
Tañe la campana
anunciando el final;
tañe fríamente
cantando el fin del mal.
Corre el duro viento
buscando el lugar;
en que al ser maligno
han de sepultar.
Tañe fuertemente
que el suelo retumbe;
sopla ávidamente
que el mal se derrumbe.
Por fin ha llegado
quien debe de pagar;
el castigo ejecutado
en la tumba reposar.
Desconoce su destino
y la razóón de ser;
no imagina su castigo,
ni su adolecer.
Pagará completamente
todo daño generado;
sufrirá doblemente,
con creces pagado.
Avanzas lentamente
sin tomar precaución;
no sabes lo que espera,
vas a tu perdición.
¡Tú!,
ahora t&uatilde; vas a sufrir;
disfrutaré plácidamente
viendo tu lento morir.
1 comentario:
pues yo creo que los recuerdos que menos placer te causan son los de mayor valor porque de ellos es que puedes aprender a no cometer errores a futuro, aunque claro, siempre hay que tener buenos momentos presentes para los momentos de tristeza.
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